Hoy en día existen aproximadamente seis mil lenguas. Hay ocho que tienen más de 100 millones de hablantes: español, inglés, hindi, portugués, ruso, japonés, mandarín y bengalí. Entre estas ocho lenguas hay un total de 2,4 billones de hablantes. Al incluir 12 lenguas más, es decir las 20 lenguas con las cantidades más grandes de hablantes, el número de hablantes aumenta a 3,2 billones, más de la mitad de la población del mundo. De hecho el 96,0% de la población entera habla solamente 4,0% de las lenguas en el mundo. Si usamos 6.000 como el número total de lenguas, el 96,0% de la población habla solamente 240 lenguas de las 6.000 que existen. De estas estadísticas se puede ver que la gran mayoría de la población mundial habla pocas lenguas. Además, esta información revela que el 4,0% demás de la población habla el 96,0% restante de las lenguas. Esto es, el 4,0% de la población habla 5.760 de las 6.000 lenguas existentes.
Según este porcentaje mínimo de gente que habla tantas lenguas diferentes, se puede concluir que hay muchas lenguas existentes que tienen pocos hablantes y que, por lo tanto, están potencialmente amenazadas de extinción. En efecto, hay cerca de 3.340 lenguas habladas por menos de 10.000 personas, alrededor de 1.500 habladas por menos de 1.000 personas y casi 500 lenguas habladas por menos de 100 hablantes. Junto a esto, existen 51 lenguas que tienen solamente un hablante: 18 en Australia, 8 en los EEUU, 3 en América del Sur, 3 en África, 6 en Asia y 3 en las islas pacíficas.
Pero, ¿por qué desaparece una lengua? Una de las principales causas es lo que los especialistas denominan diglosia. Se trata de una situación en la que dos lenguas distintas existen en la misma comunidad a la vez. Al existir dos (y a través del efecto de factores económicos y sociales), una puede llegar a ser dominante dejando la otra como subordinada. La consecuencia de este desequilíbrio del prestigio entre las lenguas puede ser que los hablantes de la lengua menos prestigiosa o dominada acaben adoptando la lengua dominante en detrimento del uso de la propia.
¿Y cuáles son las consecuencias de la muerte de una lengua? Una lengua es una representación de un grupo de gente y la sociedad en que vive. Además, una lengua identifica a la gente y del mismo modo su manera de vivir. Cada comunidad tiene sus peculiaridades y vive de una manera única según varios factores: la geografía de una región, las creencias de una cultura, etcétera. Consecuentemente cada lengua tiene sus diferencias semánticas y sintácticas según la región de dónde viene. Así que una lengua en su totalidad es una representación de la vida cotidiana de una comunidad y la manera única de vivir dentro de ella. Al desaparecer una lengua, también desaparece una cultura y una identidad propia de una comunidad. En efecto, contribuye a la pérdida de la diversidad. Tras la desaparición de una lengua, el mundo pierde conocimiento de algún tipo porque cada lengua tiene la capacidad de informarnos de cosas que todavía no sabemos. Es preciso reconocer que ninguna lengua sola contiene todo el conocimiento del mundo. Tampoco es posible entender el mundo perfectamente utilizando solamente una lengua.
Colleen Walsh. Internet:. (con adaptaciones).
A partir de los datos y argumentos presentados en el texto precedente, es correcto inferir que
en más de 50 lenguas del mundo no puede ser establecida una conversación entre dos hablantes nativos de las mismas.