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Los caballitos de mar son depredadores voraces. Sus ojos, que tienen movilidad independiente entre sí, les ayudan a reconocer sus presas, pequeños crustáceos que forman parte del zooplancton. Cuando la presa se pone a su alcance, es aspirada a través de su hocico óseo por medio de un rápido golpe de su cabeza. Tragan enteras a sus presas al no disponer de dientes, y se ven obligados a consumir grandes cantidades de comida para compensar su rápida e ineficiente digestión al no poseer estómago.
O texto tem por objetivo informar sobre alguns aspectos da natureza. Ao lê-lo, o leitor aprende que os cavalos marinhos