Contra la pena de muerte Aquellos
[1] Aquellos que juzgan y que condenan afirman que la
pena de muerte es necesaria. En primer lugar por qué tratar
de excluir de la comunidad social a un miembro que la
[4] perjudica y que todavía podría perjudicarla. Si se tratase
solamente de eso la prisión perpetua bastaría. ¿Para qué se
necesita la muerte? ¿Se puede cuestionar que alguien huya de
[7] la prisión? Entonces es necesario vigilar mejor. Ningún
verdugo o guardia es suficiente.
Se afirma que la sociedad debe vengarse,
[10] castigar. Ni lo uno ni lo otro. Vengarse es propio del
individuo, castigar lo es de Dios. La sociedad está entre los
dos: el castigo está por encima de ella, la venganza por
[13] debajo. No le corresponden cosas tan pequeñas ni tan
grandes. No debe “castigar para vengarse”, debe “corregir
para mejorar”.
[16] Queda la tercera y última razón: la teoría del
ejemplo. “Hay que dar ejemplo”, “hay que meter miedo
mostrando el espectáculo de la suerte que les espera a los
[19] criminales a los que pudieran sentir la tentación de
imitarlos". Pues bien, en primer lugar negamos que se dé
ejemplo, negamos que el espectáculo de las ejecuciones
[22] produzca el efecto que se espera de él. Lejos de ser
edificante para el pueblo, le hace perder el sentido moral y
destruye su sensibilidad, y por consiguiente toda su virtud.
Traducido del prefacio de Víctor Hugo del libro Le dernier jour d'un condamné, Paris, Eugène Renduel, 1832, pp XXII e XXIII.
Juzgue lo ítem siguiente a partir del texto de arriba.
El vocablo “hay” (l.17 — segunda ocurrencia) puede ser sustituido por tiene sin alterar el significado.