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Felix Baumgartner saltó una sola vez, pero su
hazaña se repitió en tantas portadas de
[35] periódicos y pantallas digitales, la zambullida
en la estratosfera fue tan rentable en términos
de marketing, que la sensación era la de un
salto múltiple e infinito. Varios días después de
su hazaña continúan llegando imágenes de su
[40] salto infinito. Esta vez desde la cámara que el
deportista llevaba acoplada a su cuerpo. "Un
pequeño paso para un hombre, pero un gran
salto para el marketing de las bebidas
energéticas", rezaba un "tweet" tras el salto
[45] desde una cápsula a 39 kilómetros de altura
que terminó con el aventurero de 43 años
aterrizando a la perfección, caminando, en un
suave descenso con paracaídas. En su vuelo
hacia el planeta Tierra y el desierto de Nuevo
[50] México, Baumgartner quebró tres de los cuatro
récords posibles, entre ellos el de romper a
1.342,8 kilómetros por hora y sin ayuda
mecánica la barrera del sonido. Pero hubo un
cuarto récord que escapaba a su control, el de
[55] millones de personas enamoradas de su loca
aventura en una tarde/noche de domingo.
Apunta el monosílabo que debe llevar acento.