Explicaê

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TEXTO

Un gigante vivió hace 1.000 años en al-Ándalus 

 

[1] Hace un milenio, un gigante vivió en una  

población judía empotrada en la al-Ándalus  

musulmana del sur de la península Ibérica. La  

rocambolesca historia de su hallazgo se remonta  

[5] al 20 de octubre de 2006, cuando un vecino de  

Lucena (Córdoba) sacó a su perro a pasear. La  

zona sur del pueblo estaba removida por las  

obras para construir una nueva carretera de  

circunvalación. Después de corretear por el  

[10] terreno, el perro regresó con algo extraño en la  

boca. Era un fémur humano. 

 

Nervioso, el dueño de la mascota llamó a la  

Policía Municipal y, en medio del desconcierto, el  

fémur acabó también rodeado por agentes de la  

[15] Guardia Civil y de la Policía Nacional, presentes  

en el pueblo, de 43.000 habitantes. Daniel  

Botella, el arqueólogo municipal, recuerda que le  

llamaron aquella misma noche. Había más  

huesos desperdigados. “En un principio se pensó 

[20] que eran fosas de la Guerra Civil”, recuerda.  

Pero, tras una buena inspección, se llegó a otra  

conclusión: aquello era un enorme cementerio  

judío con centenares de tumbas. Y en una de  

ellas se encontraban los restos de un gigante que  

[25] murió a los 30 años y fue enterrado, desnudo y  

envuelto en un sudario, con la cara mirando a  

Jerusalén. 

 

“La maquinaria pesada utilizada para construir la  

nueva carretera de Lucena se llevó parte de sus  

[30] piernas por delante, así que no podemos  

confirmar su estatura”, reconoce el antropólogo  

Joan Viciano, que estudió sus restos cuando  

trabajaba en la Universidad de Granada. Sin  

embargo, los científicos hallaron una “mandíbula  

[35] enorme” y otros huesos de gran tamaño que  

sugieren “un probable caso de gigantismo”,  

según los resultados de años de investigación  

que se acaban de publicar en la revista  

especializada Anthropologischer Anzeiger. 

[40] El presunto gigante vivió alrededor del año 1050,  

según dataciones con carbono 14 en puntos 

cercanos a su tumba. Era el ocaso del Califato de  

Córdoba. El pueblo de Lucena se llamaba  

entonces Eliossana (“Dios nos salve”, en hebreo)  

[45] y vivía su máximo esplendor. Funcionaba como  

una ciudad judía independiente del poder  

islámico de Córdoba, Sevilla y Granada. “Los  

musulmanes y los cristianos tenían prohibida la  

entrada al interior de su recinto amurallado”,  

[50] explica Botella, director del Museo Arqueológico y  

Etnológico de Lucena. Según Ibn Hawqal, un  

viajero musulmán del siglo X, Lucena era la  

ciudad en la que los judíos castraban a los  

esclavos para destinarlos a los palacios de los  

[55] mandatarios musulmanes. 

El País: elpais.com/elpais/2015/03/26/ciencia/ 1424374084_380009html

 

De acuerdo con el texto, el fémur humano encontrado

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