Una muñeca aporta orgullo e identidad a indígena brasileña

    Luakam Anambé quería que su nieta recién nacida tuviera una muñeca, algo que ella nunca tuvo de niña, cuando trabajaba en condiciones de esclavitud en la selva tropical de la Amazonía de Brasil, pero quiso que la muñeca compartiera sus rasgos indígenas y no había nada parecido en las tiendas, así que hizo una ella misma con tela y relleno.

    La muñeca tenía la piel morena, el pelo largo y oscuro y la misma pintura facial y corporal que utilizaba el pueblo anambé. La muñeca hizo las delicias de los transeúntes, ya que, si bien hay muñecas indígenas en otros lugares de América Latina, en Brasil siguen sin existir.

    Así nació una idea de negocio y su modesta casa es ahora un taller donde ella y su hija fabrican muñecas para una clientela cada vez mayor. «Antes solamente existían muñecas blancas, luego vinieron las negras, pero las indígenas no aparecían», comentó Anambé.

     Anambé comentó que tenía 15 años cuando el dueño de la plantación la obligó a casarse con su amigo, un hombre dos décadas mayor que ella, con quien tuvo una hija. Anambé no tardó en huir de su violento marido, dejando temporalmente a la bebé con familiares de ella.

    Anambé trabajó desde pequeña en su estado, Pará, hasta que decidió irse a probar suerte en Río de Janeiro. Sus rasgos indígenas destacaban en Río y sufrió prejuicios. Con el tiempo, consiguió un trabajo en una fábrica de bikinis y pudo mantener a su hija. Con las habilidades que desarrolló sentada detrás de su máquina de coser, hizo su primera muñeca. «Es como un espejo», dijo su hija, Atyna Porã, que ahora trabaja con su madre. «A través de la muñeca, nos vemos a nosotras mismas».

    Anambé bautizó a su primera muñeca con el nombre de la hija de Atyna, Anaty, que se convirtió en el nombre de su empresa. Adicionalmente, el 20% de los ingresos se destinan a su organización sin ánimo de lucro con sede en Pará, que proporcionará formación en costura a mujeres en situación de precariedad, haciendo crecer la operación de las muñecas Anaty y ayudándolas a conseguir la independencia económica.

Internet: apnews.com (con adaptaciones).

Con base en el texto antecedente, señale la opción correcta en el ítem

Anaty lleva ese nombre en homenaje a la fábrica de muñecas de su abuela.

(CPS) O teste da chama é um procedimento corriqueiro em laboratórios de Química, tanto em níveis básicos como avançados. Pode ser utilizado para uma simples observação colorimétrica ou para a identificação de um cátion metálico. Consiste em se inserir uma amostra de determinado composto, geralmente no estado sólido, na base da chama, com o auxílio de um fio de platina, observando-se, assim, a mudança de coloração apresentada pela chama. A cor deve-se à influência da temperatura na estrutura atômica do cátion presente na amostra.

https://tinyurl.com/yb7jxftm Acesso em: 10.11.2017. Adaptado.

A tabela apresenta a cor esperada para os cátions de alguns elementos químicos.

A professora de laboratório de Ciências apresenta três amostras de sais: e NACl para os alunos as identificarem com base nessa tabela.

SAL - COR DA LUZ EMITIDA

(ESCOLA NAVAL) A área da região limitada pelos gráficos das funções  e  é igual a:

Em uma disciplina de circuitos elétricos da FATEC, o Professor de Física pede aos alunos que determinem o valor da resistência elétrica de um dispositivo com comportamento inicial ôhmico, ou seja, que obedece à primeira lei de Ohm. Para isso, os alunos utilizam um multímetro ideal de precisão e submetem o dispositivo a uma variação na diferença de potencial elétrico anotando os respectivos valores das correntes elétricas observadas. Dessa forma, eles decidem construir um gráfico contendo a curva característica do dispositivo resistivo, apresentada na figura.

 O desfibrilador salva vidas de pessoas que são acometidas por ataques cardíacos ou arritmias. Ele dispõe de um capacitor que pode ser carregado por uma fonte com uma alta tensão. Usando o desfibrilador, pode-se fornecer energia ao coração, por meio de um choque elétrico, para que ele volte a pulsar novamente em seu ritmo normal. Um socorrista dispõe de um desfibrilador com capacitor de 70 microfarads que pode armazenar cerca de 220 J de energia, quando conectado a uma tensão de 2500 V.

O valor da carga armazenada por esse desfibrilador, em coulomb, é de