[1] La trascendencia del maíz en la cultura de este país es
destacada en el número 38 de la revista Arqueología Mexicana,
a partir de un extenso recorrido desde la época prehispánica
[4] hasta la fecha, que pasa por su historia, simbolismo, taxonomía,
especies y el arte culinario que de ese producto se deriva.
Según estudios presentes en esta edición, la
[7] composición genética del maíz cultivado proviene de una
especie silvestre conocida como teocinte. De hecho, se sabe
que la domesticación del maíz tuvo lugar en la región del río
[10] Balsas, en Guerrero, aunque no se ha establecido con precisión
cuándo ocurrió ni cuánto tomó ese proceso. Expertos señalan
que los maíces más antiguos han sido localizados en Tehuacán,
[13] Puebla, donde se encuentran especímenes con una antigüedad
de 3000 a.C., lo cual no significa que en ese momento se
descubrió la agricultura. De acuerdo con estas investigaciones,
[16] la domesticación convirtió al maíz en una planta apta para
proporcionar a los grupos humanos cantidades de granos
suficientes para alimentarse adecuadamente. A ello contribuye,
[19] desde luego, el descubrimiento milenario de los diferentes
modos de preparar los granos para sacarle el mayor provecho
a sus bondades nutritivas.
[22] En la época prehispánica, señala, fue tal su
importancia en la dieta que puede considerarse uno de los
factores que propiciaron el tránsito de sociedades nómadas de
[25] cazadores-recolectores a otras de agricultores sedentarios.
De hecho, del maíz derivaron gran parte de las características
económicas, sociales y religiosas de los pueblos
[28] mesoamericanos, apunta en ejemplar. Y es que, desde épocas
muy antiguas, el hombre estableció una íntima conexión con
esta planta, a la que veía como un don divino y con la que llegó
[31] a identificarse de tal manera que se pensaba creado de ese
grano maravilloso que le daba el sustento diario.
El lugar que el maíz ocupó entre las culturas
[34] prehispánicas rebasa el ámbito de la subsistencia, pues se
encontraba inmerso en las concepciones cosmológicas,
marcaba el ritmo de su cultivo y cosecha, la vida ritual y el
[37] desarrollo del resto de las actividades productivas. Además,
determinaba el momento en que habrían de realizarse prácticas
como la guerra o la construcción de monumentos públicos.
[40] Para estos últimos fines, se aprovechaban los tiempos en que
la mayoría de la población no se involucraba en el cultivo y la
cosecha del cereal.
[43] Respecto a la cantidad de platillos que llevan al maíz
como ingrediente hoy en día, resulta difícil dar una cifra
exacta. No obstante, para el destacado antropólogo Eusebio
[46] Dávalos Hurtado, esta cantidad se acerca al menos a 700
maneras en que se le consume en México.
Internet: (con adaptaciones).
Juzgue lo ítem de acuerdo con el texto.
La expresión “estos últimos fines” (l.40) se refiere a “actividades productivas” (l.37).