Explicaê

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14. Texto base:   Cuando era niña había que viajar veinticinco kilómetros por un camino de tierra para llegar al pueblo más cercano. Si necesitabas ir a la ciudad, entonces eran treinta. Donde vivíamos no llegaban los carteros, había que ir al correo y revisar la casilla a la que llegaba toda la correspondencia. Desde muy pequeña me aficioné a la escritura epistolar. Me gustaba el ritual de escribir, darle a mi padre para que enviara la carta y esperar ansiosa la respuesta. Así me he hecho varias amistades, algunas que todavía mantengo. Ahora recibo muchas menos cartas, alguna que otra de personas también aficionadas al género y que todavía prefieren el papel. Por lo demás, y como imagino la mayoría de ustedes, me he volcado por el correo electrónico. Algo más instantáneo, eficiente y económico.   ¿Por qué nos importan las epístolas?   En cartas quedaron plasmadas las hazañas más grandes de la humanidad, los perfiles sociales y humanos de los artistas más famosos y las máximas que todavía al día de hoy nos acompaña. La escritura es el único medio capaz de conectar las diversas etapas de la humanidad, de plasmar lo que ha ocurrido, y de eternizarlo, al menos mientras duremos como especie. […] Ahora estamos acostumbrados a sentirnos invadidos por mensajes escritos. Conviven múltiples formas de mensajería, que manifiestan la forma en la que han ido evolucionando los mensajes por correo electrónico. Y todas estas formas derivan de la escritura epistolar tradicional. La comunicación de nuestros días casi totalmente basada en medios electrónicos, no podría ser posible sin esas cartas que yo esperaba con tanta ansiedad y que abría con cautela para evitar que el sobre se rasgara.   Disponible en: <http://www.poemas-del-alma.com/blog/especiales/correo-postal-correo-electronico#ixzz3tkVpvLUD> acceso el: 09 dic. 2015. (Fragmento)    


Enunciado:

 

“Desde muy pequeña me aficioné a la escritura epistolar. Me gustaba el ritual de escribir, darle a mi padre para que enviara la carta y esperar ansiosa la respuesta. Así me he hecho varias amistades, algunas que todavía mantengo.”

En este fragmento, notamos que el tiempo verbal de pasado aparece en tres momentos distintos. Explica el uso en cada uno de ellos.