Lee con atención el fragmento del libro El cuarto de atrás, de la escritora española Carmen Martín Gaite.
[…] Estoy en mí casa antigua de Salamanca. Hay dos pasillos paralelos, el de delante y el de atrás, que se comunican por otro pequeñito y oscuro, en ese no hay cuartos; lo llamábamos el trazo de la hache. Las habitaciones del primer pasillo daban a la Plaza de los Bandos, las del otro, a un patio abierto donde estaban […] la cocina, la carbonera, […] el baño y el cuarto de atrás. Era muy grande y en él reinaban el desorden y la libertad, se permitía […] cambiar de sitio los muebles, saltar encima de un sofá desvencijado […], tumbarse en la alfombra, mancharla de tinta, era un reino donde nada estaba prohibido. […]
GAITE, Carmen Martín. El Cuarto de atrás. Madrid Destino (Planeta de Libros), 2004. Adaptado.
En el fragmento, el pronombre demostrativo “ese”, destacado, es usado para referir