Los dictadores del mercado
“Si no les gusta a los jóvenes, murió.” Así de categórica es Beatriz Bonet, encargada de planificación estratégica de una agencia de publicidad chilena, para describir lo que ocurre con la vida de cualquier producto de consumo masivo que se lanza al mercado. Si el helado, el plan de llamadas por celular, las galletas o la cerveza no son de la preferencia de este creciente segmento, sus opciones de vida no son claras. Y ello no porque sean muchos en cantidad, o porque su poder adquisitivo sea alto y en crecimiento. Razones que por cierto influyen.
Sin embargo, el verdadero motivo de su fuerza es el poder de convocatoria que tienen. “Sus hermanos chicos ven en ellos sus ídolos. Y, como ellos, los adultos están aprendiendo constantemente los modos, palabras, gestos y comportamiento de sus hijos adolescentes” explica Bonet.
En otras palabras, sí a éstos no les gusta un producto, las posibilidades de que se venda son remotas. De hecho, según resalta la ejecutiva, aproximadamente un 80% de la publicidad de hoy es para ellos. “Son marcadores de tendencias y líderes de opinión, van a la vanguardia en tecnología, les interesa estar a la moda y estar vigentes. Ahora con toda la información, la globalización e Internet, saben lo que está pasando en todo el mundo, entonces, están muy informados” precisó.
“Apelando a la libertad, a la irreverencia, a la naturalidad y a la espontaneidad de los jóvenes” – recalca Bonet – las empresas ofrecen sus productos a este nicho. Los bancos, por ejemplo, se han orientado hacia este mercado ofreciendo cuentas jóvenes. “Son una estrategia a largo plazo, ya que son futuros cuentacorrentistas.
AVILES, M. de los Ángeles. Diario La Tercera, Chile, nº 2.732, p.30.( Adaptado)
Según el texto los bancos