Na Copa das Confederações de 2013, no Brasil, onde a seleção brasileira foi campeã, o técnico Luiz Felipe Scolari tinha à sua disposição 23 jogadores de várias posições, sendo: 3 goleiros, 8 defensores, 6 meio-campistas e 6 atacantes. Para formar seu time, com 11 jogadores, o técnico utiliza 1 goleiro , 4 defensores , 3 meio-campistas e 3 atacantes. Tendo sempre Júlio César como goleiro e Fred como atacante, o número de times distintos que o técnico poderá formar é 

(UERJ) Hacia un feminismo innecesario

Hoy muchas mujeres podemos votar, usar pantalón o falda, según la preferencia, sabemos leer, escribir, sumar, restar, podemos tener propiedades y disfrutar de que sea ilegal que el novio o marido nos dé una paliza. En gran parte, todo esto, que muchas mujeres occidentales de hoy dan por sentado, es obra de un poco más de 100 años de movimiento feminista. ¿Por qué entonces un movimiento que nos ha traído tantas ventajas tiene tantos detractores?

Mi primera respuesta es que la palabra feminista resultó asociada con mujeres desentendidas de su aspecto, amargadas y que odian a los hombres, con las que muchas no podemos identificarnos. Sin embargo esta imagen es una caricatura que no representa las premisas básicas que han defendido este movimiento: una igualdad de los derechos de las mujeres con los de los hombres, tan sencillo como eso.

Diversos historiadores están de acuerdo en que el feminismo ha tenido tres olas. La primera comenzó en el Reino Unido y en los EE. UU., en el siglo XIX, y consiguió el voto para las mujeres. La segunda ola, que comenzó en la década de 1960, no se ocupó tanto de iniquidades de facto, sino de rebelarse ante las desigualdades de los roles sociales: las mujeres fueron a la universidad, quemaron sujetadores, se divorciaron y se fueron a trabajar empantalonadas, pero en cierto momento se pasaron de radicales y he ahí el mal sabor que dejó el feminismo.

¹Esta segunda ola se acaba en la década de 1980, y la tercera ola aparece a finales de los 90. Cito una de sus frases de batalla: “Es posible tener un sujetador seductor y un cerebro, simultáneamente”. Esta última ola del feminismo ya no se cree la idea de un universal de mujer, ya no ataca a las Barbies, sino que las incluye, y sus militantes volvieron a los tacones y al pintalabios rojo, esas cosas, que en la segunda ola se asociaban a la opresión masculina.

La tercera ola se mueve mucho por internet, por eso a veces se le llama feminismo cybergrrl, o simplemente grrl, equivalente cibernético para great girl (chica fantástica). ²Este es un feminismo que no funciona en términos de “ellos y nosotras” y que no trata de ocultar la feminidad. Y feminidad no es cuerpo de guitarra, feminidad es poder escoger honestamente qué tipo de mujer quiere uno ser (incluso es escoger no ser mujer), por eso este es un feminismo que pelea por la reina de belleza con bigote y la bibliotecaria con silicona, siempre y cuando ellas mismas elijan conscientemente su vida y su apariencia.

Tal vez ahora usted se reconoce en uno de estos matices feministas. O tal vez usted me diga que su vida, y el ambiente en que se ha movido, no la ha discriminado en virtud de su género, ³y que ⁵antes que como mujer, usted se reconoce como individuo o como persona, y que frente a esto el feminismo es innecesario. ¡Maravilloso! Un movimiento se prueba exitoso cuando resulta innecesario, cuando sus luchas no hay que lucharlas más y sus objeciones resultan obvias.

Pienso que feministas o no, las mujeres colombianas debemos reconocer a nuestras antecesoras valientes que pusieron el pecho y los pechos a un mundo que no las incluía. Yo me reconozco feminista porque quiero honrar este legado, y porque pienso que ⁶este movimiento todavía puede aportar muchísimo a realizar el ideal de una sociedad diversa e igualitaria. Colombia todavía necesita del feminismo porque falta mucho para un respeto real, porque a muchas mujeres les pagan menos, las menosprecian, en virtud de su sexo. ⁴Colombia necesita un feminismo fuerte que desmienta esta idea de que las mujeres se saltan mutuamente a la yugular. Así podremos pensar en un futuro en el que el feminismo sea realmente innecesario para todos.

CATALINA RUIZ-NAVARRO elespectador.com 

En la referencia catafórica, un elemento del texto remite a otro que va a aparecer posteriormente.

El uso catafórico del demostrativo está presente en:

Nesse texto, a combinação de elementos verbais e não verbais configura-se como estratégia argumentativa para:

Talk about sleepless nights.

Patients taking prescription sleep aids on a regular basis were nearly five times as likely as non-users to die over a period of two and a half years, according to a recent study. Even those prescribed fewer than 20 pills a year were at risk, the researchers found; heavy users also were more likely to develop cancer 

Unsurprisingly, the findings, published online in the journal BMJ, have caused a quite a stir. Americans filled some 60 million prescriptions for sleeping pills last year, up from 47 million in 2006, according to IMS Health, a health care services company. Panicked patients have been calling doctors’ offices seeking reassurance; some others simply quit the pills cold turkey.

 Some experts were quick to point out the study’s shortcomings. The analysis did not prove that sleeping pills cause death, critics noted, only that there may be a correlation between the two. And while the authors suggested the sleeping pills were a factor in the deaths, those who use sleep aids tend as a group to be sicker than those who don’t use them. The deaths may simply be a reflection of poorer health. 

Still, the findings underscore concern about the exploding use of sleeping pills. Experts say that many patients, especially the elderly, should exercise more caution when using sleep medications, including the non-benzodiazepine hypnotics so popular today, like zolpidem (brand name Ambien), eszopiclone (Lunesta) and zaleplon (Sonata).

“If someone comes to me on a sleeping pill, usually my tactic is to try to take them off it,” said Dr. Nancy A. Collop, president of the American Academy of Sleep Medicine and director of the Emory Sleep Center in Atlanta, who was an investigator in a clinical trial of Lunesta five years ago 

The non-benzodiazepine sedative hypnotics, on the market since the late 1980s, are believed to be safer and less likely to be abused than benzodiazepines or barbiturates. But many people take them for years, even though most are approved only for short-term use and generally their safety and effectiveness have not been evaluated beyond several weeks in clinical trials. (One exception is Lunesta, which was tested for up to six months.)

Some data suggest that the medications do not even do what they promise all that well, said Dr. Steven Woloshin, a professor of medicine at the Dartmouth Institute for Health Policy and Clinical Practice.

“The definition of insomnia is that you get less than six and a half hours of sleep, and it takes you 30 minutes or more to fall asleep,” said Dr. Woloshin, who is advocating for new labeling that spells out how well a drug actually works compared with a placebo. “But even when the drugs work better than placebos, and they don’t always, people still don’t fall asleep in less than 30 minutes, and they still don’t sleep much longer than six hours.”

March 12, 2012 / www.nytimes.com

The underlined word “still” in “Still, the findings underscore concern about the exploding use of sleeping pills.” could be replaced, without changing its meaning, by:

(ACAFE) Dia 22 de março é o Dia Mundial da Água – “Tenha um pingo de consciência” deveria ter sido manchete em todos os meios de comunicação para marcar a importância desse elemento natural.

Abaixo uma figura retirada da internet.

Sobre a água e correto afirmar, exceto: