La evolución del hombre
[1] La evolución, el proceso de cambio a lo largo del
tiempo, es el hilo que conecta a la enorme diversidad del
mundo vivo. Una inmensa cantidad de evidencias indica que
[4] la Tierra ha tenido una larga historia y que todos los
organismos vivos — incluido el ser humano — surgieron en
el curso de esa historia, a partir de formas anteriores más
[7] primitivas. Esto implica que todas las especies descienden de
otras especies; en otras palabras, que los seres vivos
comparten antecesores comunes en el pasado distante. Así,
[10] los organismos son lo que son a raíz de su historia. Una serie
de evidencias llevaron a Darwin a concebir las ideas que
constituyen los pilares de la teoría evolutiva contemporánea.
[13] El concepto de gen propuesto por Mendel — pero
desconocido para Darwin — permitió comprender de qué
manera las variaciones podían originarse, preservarse y
[16] transmitirse de una generación a la siguiente.
Uno de los problemas más relevantes que discuten
los biólogos evolutivos en la actualidad es si los procesos
[19] microevolutivos pueden dar cuenta de los grandes cambios
macroevolutivos que revela el registro fósil. El origen de las
especies, uno de los grandes tipos de cambios
[22] macroevolutivos, es, en la actualidad, un tópico central para
los biólogos evolutivos.
Existe una pregunta que han venido formulando los
[25] especialistas desde finales del siglo XIX y que ha generado
interesantes controversias: ¿Cómo y cuándo comenzó la
historia de la evolución humana?
[28] Las características del comportamiento de un
organismo — su sensibilidad y sus patrones de respuesta a
estímulos particulares — son producto de la selección
[31] natural, tanto como lo es cualquiera de sus características
morfológicas, fisiológicas o bioquímicas. El estudio del
comportamiento involucra a científicos de las más diversas
[34] disciplinas.
Internet: <www.monografias.com> (con adaptaciones).
Con respecto a las ideas y estructuras lingüísticas del texto de arriba, juzgue lo siguiente ítem.
El vocablo “del” (l.28) en el texto también se puede escribir de el sin alterar la semántica ni la gramática.